attitude

Pasas muchas noches de soledad preguntándote si realmente eres una buena persona como para merecer a alguien, pero no te preocupes, está esperándote entre medio de tanta gente, allí afuera, simplemente tampoco puede encontrarte. Su reloj marca una hora diferente pero algún día, algún día señora y señor, se percatará de ello y configurará su hora con la tuya, se cruzarán en el mismo lugar y podrán compartir una mirada, hasta que decidirán ambos que lo mejor será detener el tiempo. Está ahí afuera y también está buscándote, sólo que por buscarte se ha perdido al igual que has hecho este último tiempo. Te piensa como si te conociera. Te dibuja y te canta canciones como si supiera cuál es tu color favorito. No lo sabe, pero tú tampoco lo sabes, y sin embargo, ya sabes qué es lo que le regalarías para los primeros meses juntos.

Está ahí afuera. Quiere saber tu nombre tanto como quisieras saber el suyo. Está esperando que te decidas a tomar el teléfono y marcar el número que todavía no pudo darte. Está esperando que te animes tanto como te gustaría que sucediera de su parte. Mira a la Luna y se pregunta si vives allí, porque quisiera realmente que estés allí para ir a buscarte. Pero no sabe donde vivís, todavía no se lo dijiste. Quiere llevarte flores cuando tengan una primera cita, está ahí. Quiere ir al cine y sentir nervios cuando intente agarrarte de la mano. Quiere saber que estás haciendo a la hora menos pensada de la madrugada cuando no se puede dormir.

Está ahí afuera y llora con las películas de amor, tanto como vos lo haces. Quiere contarte cuál es su película preferida y cuál está guardando sin ver para que puedan hacerlo juntos. Está esperando cruzarte para contarte cuál es su golosina favorita, la que con algo de ansías quieres saber para tener la forma de alegrarle los días nublados. Está guardando una canción que escuchó hace seis meses, para poder dedicártela, esa canción que le erizó la piel y que cree que merece alguien especial.

A veces, sin querer, te confundes con otra persona. Involuntariamente caes en las manos de alguien más, creyendo que es justamente quien te está buscando. Pero no, falsa alarma. No querías, pero esa noche llorarás en silencio para que nadie pueda escucharte y piense que sos débil. Pero no serás la única persona llorando en silencio, en la noche de esta ciudad, allí afuera ese otro alguien está llorando por vos, por tu ausencia, porque también se equivocó y te vio en el rostro de alguien que no eras.

Como no estamos hechos de piedra, muchas veces nos deshacemos de la fragilidad y somos nosotros mismos los encargados de volver a juntarnos pieza por pieza, aún cuando sentimos que hay una perdida. Pero no te preocupes, y seré insistente, está ahí afuera y también preguntándose por qué tan lejos o quizás por qué tan cerca pero con tal ceguera. Quizás no tan lejos, quizás no tan cerca, pero al menos todo nos enseñará cuanto tendremos que apreciar el momento en el que golpee nuestra puerta.